En el Antiguo Egipto, el estudio de las fuerzas operativas que actúan sobre el Universo era el objetivo principal de la Casta Sacerdotal. Esas fuerzas recibían el nombre de Neteru, de donde deriva la palabra Naturaleza.
Rocío del Cielo fotografiado en Sierra de los Padres Mar del Plata Argentina
En los Misterios Egipcios, el hombre estaba formado por varios componentes espirituales y mentales, así como por el componente físico, y cada uno tenía su “medicina” apropiada. Estas ciencias secretas evolucionaron con el tiempo, y leyendas acerca de maravillosos aceites curativos, pociones que devuelven la vida, e imitaciones del oro y las piedras preciosas han sobrevivido aún en nuestros días.
Paracelso, nacido en Suiza en 1493, considerado uno de los padres de la química moderna y de la medicina farmacéutica, revolucionó el arte alquímico. Reputado médico y Profesor universitario, también poseía habilidades en todas las artes de la Filosofía hermética, incluso en la espagiria vegetal y mineral, y demostró de manera reiterada el poder y la eficacia de las medicinas preparadas alquímicamente. Insistió a sus colegas en la importancia de adentrarse meticulosamente en la Alquimia como fuente para la producción de medicinas, más allá de lo que la tecnología farmacéutica podía producir.
Los escritos de Paracelso alteraron la visión de la alquimia, que gracias a ellos dejó de ser meramente la búsqueda de la producción de oro, para regresar a su propósito original: producir medicinas para el cuerpo y el alma que condujeran a la salud perfecta y plenitud, así como ser un inicio a los misterios de la naturaleza.
Ya Jean Dubuis en sus PON Seminars de 1992 nos decía:
El concepto alquímico de la vida y la materia se encuentra en el polo opuesto al de la actual comunidad científica. La ciencia está intentando descubrir como la materia creó la vida. La alquimia sostiene que la vida creó la materia. La alquimia afirma que en el origen había conciencia. La conciencia es la necesidad de ser del absoluto.
En la Aura Catena Homeris (1730 aprox.) se nos dice que en el Universo hay 2 energías una Activa llamada Nitro Celestial y una Pasiva llamada Sal Celestial. Uno es Volátil y la otraFija.
En el Universo del Filósofo existe un arcano arcanorum Un Spiritus Mundi que es el Alma de la creación de todo cuanto existe en la Naturaleza. Allí se esconde una semilla de creación constante Los adeptos lo llaman Gur.
El Gur se manifiesta a través de los Archaeus: principios sutiles elementales correspondiente a los 4 elementos descriptos por Aristóteles en su Physis.
El Gur a través de los Archeus elabora medicinas en los 3 reinos.
La energía de vida (nitro) opera a través de los elementos fuego y aire, ambos de naturaleza activa, siendo el fuego el más activo de los dos. Estas son energías volátiles: La energía de la materia (sal) opera a través de los elementos agua y tierra. Son las energías fijas, y el agua es la más activa de las dos. Todo esto opera en los tres reinos. Por ende puede captarse medicina en todos los reinos.
Cada Reino está compuesto también por tres principios:
Azufre: (Alma): conduce los principios volátiles del fuego y del aire, que expresan la esencia divina, la conciencia el intelecto y la verdadera voluntad o fuego personal.
Mercurio (espiritu): Es la fuerza vital o fuerza de vida y predomna e los elementos aire y agua. Refleja las energías e intelectuales, instintivas y físicas, y forma el vínculo entre el azufre y la sal.
Sal (cuerpo): es la matriz donde pueden actuar el azufre y el mercurio. Es un medio pasivo o tierra virgen, sujeta a las energías pasivas fijas del agua y la tierra. Está constituida por la fuerzas psíquicas e instintivas del subconsciente así como las condiciones que afectan a los diversos estados de la materia.
“Los tres principios de todo se producen a partir de los cuatro elementos de la siguiente forma: la naturaleza, cuyo poder reside en su obediencia a la voluntad de Dios, ordenó desde el principio que cada uno de los cuatro elementos debía actuar incesantemente sobre el otro, por lo que, a instancias suyas, el fuego empezó a actuar sobre el aire y produjo el Azufre; el aire actuó sobre el agua y produjo el Mercurio, y el agua, por medio de su acción sobre la tierra, produjo la Sal.
La tierra, al no tener sobre lo que actuar, no produjo nada, pero se convirtió en nodriza, o matriz de estos tres principios.”
Imagen del Zodíaco en la Catedral De Notre Damme
El mundo vegetal y sus distintas especies están bajo la signatura hermética de los siguientes planetas:
Saturno
Júpiter
Marte
Sol
Venus
Mercurio
Luna
El orden planetario respeta la secuencia Caldea. Ya Paracelso y también Culpepper describían las diferentes especies vegetales y les asignaban un planeta por su constitución, estructura y virtudes medicinales.
Un ejemplo de operación espagírica siguiendo los principios de la Alquimia
Se toma una planta determinada (en el ejemplo Melisa Officinalis) cuya signatura corresponde a Júpiter
Se la deja secar a la sombra durante varios días durante el día. Luego se trabaja con el mortero triturando lentamente la planta sin llegar a hacerla polvo. Comenzará la Melisa luego de un rato a abrir sus principios. El acto de morterear implica según la tradición un estado activo (donde el espagirista introduce la intención de que la naturaleza a través del Altísimo lo ayude a perfeccionar a la criatura sujeta a su acción por medio del acto de trituración).
Una vez completado este proceso se introduce la planta en un menstruo (compost de alcohol que es un disolvente que extrae el mercurio y el azufre de la planta) lentamente, siguiendo el concepto alquímico que todo lo seco bebe su húmedo con avidez.
Se introduce el Menstruo alcohol y planta dentro de un pelícano (dos balones de vidrio invertidos uno respecto al otro, fijando sus cuellos con cera silicona u otro adherente que impida la volatilización de los vapores. Inventado por los Filósofos alquímicos para reproducir el cielo y la tierra filosóficos donde se daba el preciosísimo don de dios).
Se hace circular la planta en el día y la hora correspondiente a su signatura durante un ciclo lunar completo a fuego de incubación (33 a 42º C). El proceso debe realizarse enlutado o con luz polarizada (p.e.: la de la luna) antes de separar la sal del compost de mercurio y azufre.
En la planta el mercurio es captado en el alcohol, pero también el aceite que sobrenada en el alcohol que ha tomado el tinte de la planta (o sea que ha extraído su mercurio) es su Azufre. En espagiria vegetal no es necesario separar el azufre del mercurio; se purifican destilándolos juntos.
La sal debe ser perfeccionada por medio de la calcinación al gris claro, al blanco o al rojo (estos dos últimos muy difíciles de lograr, dependiendo de la calidad de la vibración del espagirista, la operatoria y la acción orientada al propósito de la perfección de su sal. (en este paso radica un importante secreto que se descubre operando en el arte.
En el arte hermético de la espagiria hay siete tinturas básicas que son el primer paso para armonizar sutilmente los tres sistemas del hombre (el cuerpo físico, el espíritu y el alma) y preparándolo para una transición más suave a medicinas superiores.
Los Ens o medicinas espagíricas de orden superior, la piedra vegetal y la piedra mineral llevan a despertar un torrente de salud y energía como primer señal (rejuvenecimiento y recuperación de funciones deterioradas en lo físico), luego operando en el espíritu y produciendo el despertar de la conciencia (se dice por ejemplo que entre las virtudes de la Piedra vegetal o más aún en la Filosofal por vía metálica que el adepto adquiere además del alargamiento de la vida y el rejuvenecimiento una actualización de su potencia espiritual, y se equipara al Demiurgo creador de esta mundo imperfecto según la corriente gnóstica) y finalmente por la exaltación del azufre una perfección del Alma que lo lleva al Adeptado por el mero hecho de su iluminación y compasión por las criaturas de este mundo.
Un buen ejemplo de este proceso es la novela R+C de Bulwer Lytton, Zanoni
En sucesivos trabajos iremos también comparando la vía espagírica con la obra mineral, meta a la cual el Hermetista debe intentar dirigirse.
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